ESTRATEGIA DE DESARROLLO PARA LA LOCALIDAD DE LA REAL CAMPIÑA

Ileanys Ma. Mena Fernández

Capitulo 1 "Fundamentos teóricos de la investigación"

1.1 Concepción marxista acerca de la vida social.

Comenzaremos nuestra reflexión por la sociedad, el sistema en el cual se relacionan los hombres y a la que definimos desde la concepción marxista como "un organismo vivo, regido por leyes que tienen un carácter objetivo, aunque se cumplen a través de la actividad consciente de los hombres; como dice Marx en la Contribución a la Crítica de la Economía Política: "la sociedad es el resultado de la acción recíproca de los hombres"1.

En la presente investigación analizamos la sociedad como un conjunto de sistemas. Sus objetivos son los objetivos que sus miembros tienen en común, el cual va cambiando de acuerdo a las transformaciones que sufre dicha entidad, ya sean económicos, sociales, religiosos, tecnológicos, etc.

La vida en sociedad se hace posible gracias a la acción y el papel de la sociedad civil, que en conjunto son las encargadas de lograr el desarrollo local, es el elemento primario, juegan un rol central, que en algunos casos se plantea como de gobernantes, líderes locales, organizaciones de masa y pueblo en general como participantes. Se trabaja por recuperar la identidad, valores, costumbres, creencias a través del trabajo local, comunitario y el valor de los pequeños grupos.

La sociedad civil la conforman diversas organizaciones sociales entre las que se pueden mencionar las culturales, educativas, religiosas, sindicales, políticas, económicas, deportivas, etc.; las cuales forman "el conjunto de organismos vulgarmente llamados "privados"2.

La concepción marxista pretende explicar la evolución de la sociedad humana y del hombre como individuo, mediante factores principalmente materiales y, concretamente, económicos. Marx en sus Tesis sobre Feuerbach, distingue el carácter esencialmente práctico de la existencia del hombre3 y explica que el desarrollo social visto en su perspectiva histórica y la complejización de sus relaciones, amplía y profundiza la estratificación social de la existencia humana.

Federico Engels, al aclarar las connotaciones que explican de manera consecuente los enfoques del desarrollo humano distingue en su obra "Ludwing Feuerbach y el Fin de la Filosofía Clásica Alemana", la base objetiva y materialista de todos los componentes de la subjetividad, para distinguir el peso de las organizaciones en el desarrollo de estas relaciones con el entorno económico y social. Las explicaciones que ofrece Engels sobre las limitaciones4 del ya mencionado filósofo alemán, especialmente en los temas referidos al amor sexual y la religión demuestran como la institucionalización de las relaciones humanas tienen un fundamento objetivo que en última instancia se explican por la tendencias del comportamiento económico.

Según la concepción marxista, la sociedad está conformada por la infraestructura y la superestructura.

1. Marx. C. Contribución a la Crítica de la Economía Política –Moscú: Ed. Progreso.1978.-- 532p.

2 Gramsci, A. Gramsci y la filosofía de la praxis.—La Habana: Ed. Ciencias Sociales.1997.-- 167p.

3 Marx, C. Tesis sobre Feuerbach.—Moscú: Ed. Progreso. 1978.-- O.E en 3T. T1. 9p.

4 Ibídem, p372.

-Infraestructura:. El sujeto y el motor de la historia son, para Marx, los factores económicos, la economía. Ahora bien, toda economía se fundamenta en el modo que tienen los hombres de procurarse los medios de subsistencia, y ese modo es el trabajo, la producción. Según el modo de producción se establecen unas determinadas relaciones sociales o relaciones de producción. Toda esa base económica constituye lo que Marx llama la infraestructura económica de la sociedad.

-Superestructura: Todos los demás fenómenos espirituales de una sociedad: arte, religión, derecho, moral, filosofía, etc., son consecuencias (creados y modificados) de esa infraestructura económica y constituyen lo que se llama la superestructura que está siempre al servicio de la clase dominante.5 La teoría marxista reconoce la necesidad del Estado como instrumento imprescindible para evitar que los antagonismos no se devoren a sí mismos y no consuman a la sociedad en una lucha estéril, se hace necesario un poder situado aparentemente por encima de la sociedad y llamado a amortiguar el choque, a mantenerlo en los límites del orden. Ese poder, nacido de la sociedad, pero que se pone por encima de ella, es el Estado.

El estado durante todo el proceso de edificación de la sociedad socialista, tiene que cumplir con la importante tarea de propiciar la participación cada vez más amplia de los trabajadores, y progresivamente, de toda la sociedad en las tareas que le son inherentes. El proceso de conducción del desarrollo socialista se lleva a cabo a través de las distintas formas de organización que se asumen en el organismo social. Pero en el caso cubano, esencialmente tiene un peso importante la localidad como escenario de la participación de los ciudadanos.

El estado socialista fue concebido para los países de alto desarrollo industrial, sin embargo, la experiencia histórica de su desarrollo y manera especial, la que aún sobrevive, tiene lugar en países subdesarrollados. Esta circunstancia sirve de base para reconocer el papel que las organizaciones e instituciones han de jugar en la construcción de la nueva sociedad. Lenin destacó como uno de los rasgos distintivos de la nueva sociedad el hecho de que ésta lanza a la vida política a millones de hombres de una manera inusitada6.

La construcción socialista desde el subdesarrollo supone la construcción de una nueva racionalidad, que no sólo precisa de educación y socialización, sino también de cultura y política. Tal empeño, como reconoce el Che en "El socialismo y el hombre en Cuba", se ve lastrado a cada minuto por el influjo de las relaciones monetario-mercantiles, el papel de la mercancía y su reflejo en los componentes subjetivos de la actuación del hombre, protagonista de la construcción del socialismo, en su doble existencia de ser único y miembro de la comunidad.

La construcción del socialismo por tanto significa la construcción de un proyecto social con amplia participación a partir del reordenamiento de la red de instituciones, la construcción perenne de nuevas de ellas en función de los requerimientos que en determinadas coyunturas resultan esenciales. En tal sentido, se puede indicar que si el modelo económico del proyecto socialista cubano fue sustentado sobre la base de una estructura económica agro-exportadora con fuerte basamento en la Industria Azucarera, tal proceso ha sufrido cambios sustanciales a partir de los influjos de la crisis de los años cincuenta y sobre todas las cosas, considerando los efectos de las políticas macroeconómicas encaminadas a garantizar la supervivencia y el desarrollo en las especiales condiciones creadas. Si 5 Marx, M. Introducción al materialismo histórico.—Moscú: Ed: Progreso.1989.—p56.

6 Lenin, V.I. El Estado y la Revolución.—Moscú: Ed: Progreso. 1979.—OE. T2, p134.

bien; el proceso de la institucionalidad en el marco del proyecto social ha tenido una trascendencia en el marco de las relaciones políticas, al garantizar la estabilidad del sistema y lograr satisfacer las necesidades más perentorias de las grandes mayorías, en el orden económico dicho proceso ha sido más complejo y ha estado inmerso en diversas contradicciones. Especial significado ha tenido en las circunstancias de Cuba la mediación del hostil conflicto del gobierno de los Estados Unidos hacia el país.

De gran importancia en la construcción socialista, especialmente en el denominado período de transición socialista, es el entendimiento del significado y papel de las organizaciones e instituciones en el desarrollo de los procesos de socialización real, dado el carácter heterogéneo y contradictorio ya referido que matiza todo el desempeño de sus relaciones económicas. Para ello es necesaria una breve historia de la evolución del concepto de desarrollo y las transformaciones que ha sufrido.

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